Contra viento y marea luchamos los valientes, llueva o nieve en el camino.
Contra nuestros demonios y contra nosotros mismos.
Contra enemigos.
Contra el mismo miedo.
Contra todo lo que caiga del cielo.
Seguimos andando y abriéndonos camino a través de la batalla, con las cicatrices aún sangrando y los pies levantando polvo, arrastrándonos poco a poco sin un destino claro y con la vista fija en un horizonte que cada vez queda más lejos.
Pero seguimos, porque somos los valientes.

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