miércoles, 22 de mayo de 2013

No es suficiente.

¿En qué momento lo echaste todo a perder?
¿En qué momento dejaste que todo se pudriera?
¿En qué momento dejaste de mirar hacia delante y comenzaste a deambular, adentrándote en un camino que no querías recorrer?
¿En qué momento pensaste que sería mejor adaptarse a los deseos del resto?
¿En qué momento te perdiste a ti misma?
¿En qué momento te diste cuenta de que no había vuelta atrás?

A esto es a lo que has llegado.
Y esto no es suficiente.
Quizás cuando todo termine el "ahora" sea diferente.

Nada cambia.

Pase lo que pase nada cambia.

Una noche te metes en la cama a reflexionar y piensas en todo el tiempo que ha pasado desde esa última vez que hiciste recuento de lo bueno y de lo malo.
De vez en cuando la balanza se inclina, cambiando por completo tu estado de ánimo hacia uno u otro extremo. Tanto que a veces parece imposible encontrar un termino medio.

Estamos tan acostumbrados a llevar los problemas a la espalda que ya ni sabemos deshacernos de ellos. Cada vez más encorvados, llevamos tantos que uno más ya no hace diferencia alguna.

Y después de varios meses te das cuenta de que nada ha cambiado en absoluto. Ni tú tampoco.
Unos entran en tu vida y otros salen de ella, y los que siguen estando ahí se hacen notar de vez en cuando...Demasiado como para echarlos de menos, demasiado poco como para echarlos.

La gente sale de tu vida con la rapidez de un parpadeo. En ocasiones dejan huella, en otras no dejan nada.

Pase lo que pase nada cambia. Al final todo sigue exactamente igual que antes. Los mismos problemas a la espalda, la mismas ataduras, las mismas expectativas, las mismas aspiraciones, los mismos sueños, los mismos deseos...

NADA CAMBIA.