lunes, 25 de marzo de 2013

Víctima y verdugo.

¿Ser víctima y verdugo a la vez?
Víctima de otros y verdugo de uno mismo.
Víctima de uno mismo, y verdugo de otros.
Lo mismo da.
Ya no hay diferencia.
Nunca quise ser víctima, pero no soy quien para ser verdugo.

Dejaré que la lluvia lo lave todo, para no ser gato ni ratón.
Y cuando por fin pare de llover, seré la piedra que siempre quise ser.


Y yo cual presa.

Tú, ingenuo, te crees que lo tienes todo pero no ves lo que te falta.
Tú, iluso, que regalando besos esperas un milagro.
Tú que gritas con la boca tapada para no oírte a ti mismo.
Tú, que vanidoso, sólo buscas piropos,
sin diferenciar abrazo de guantazo, ni risa de burla.
Tú, caprichoso, que lo quieres todo a tu gusto y antojo,
y no ves más allá de tus propios ojos.
Tú que enamorado del espejo pecas de inseguro.
Tú que cierras las puertas a golpes.
Tú que no entiendes lo que tocas y no comprendes lo que miras.
Tú que juzgas, con los zapatos grandes.
Tú que desconoces el precio de mi error.
Tu que vas por el camino equivocado, y no diferencias lo bueno de lo malo.
Tú, que quieres ser el centro del mundo, porque te sientes pequeño.

Tú que observas y miras desde lejos.
Tú cual cazador. Y yo cual presa.