martes, 26 de marzo de 2013

Mi superpoder.

Imagina por un momento que tienes un superpoder.

Imagina ser invisible, retroceder en el tiempo o leer la mente. Podrías evitar miradas molestas, enmendar aquellos errores que más te pesan y saber en todo momento quién te miente y quién no.

Os imagináis a vosotros mismos salvando el momento, el mundo. Aquellas cosas imposibles y grandiosas en las que podríais emplear esos dones. La capacidad de salvar a alguien de una situación desafortunada. La satisfacción de ser los héroes. La sensación de responsabilidad por algo que merece la pena...


Hoy he descubierto que tengo un superpoder.

Algo que me define, que es únicamente mío. Algo que forma parte de mí y que se me da bien sin la necesidad de esforzarme. Algo que me hace crecer y me enseña cosas nuevas cada día.


Empatía.

El poder de identificarme con otra persona. Saber lo que piensa alguien y lo que siente en cada momento, por ser algo que yo misma he vivido y sentido.
Pero no es fácil ponerse en la piel de quien no conocemos.

A veces son nuestras propias palabras o nuestros gestos los que delatan nuestros sentimientos. Como un libro abierto al mundo, esperando a ser leídos.

Ese es mi superpoder. Y no lo cambiaría por nada.