Y lo diré una y otra vez: no quiero ser esa chica.
Esa a la que llamas a tu antojo cuando tienes hambre.
Que no quiero ser esa chica que se queda esperando a que des señales de vida. Esperando un simple gesto tuyo... esperando algo que no va a suceder.
No quiero ser esa chica a la que tomas por tonta y mientes cada vez que respiras. No quiero ser la que se cree tus mentiras, o la que se hace la tonta y las ignora.
Estoy harta de tener que convencerme a mí misma de que merezco algo mucho mejor que eso.
Harta de ser la que confía, la que se entrega, la que va con buenas intenciones.
Harta de ser la que siempre acaba sufriendo: la que se rompe.
Harta de sentirme culpable.
Y todo, por que no quiero ser "esa chica".
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