Veo en tus ojos el mismo miedo que encogería mi propio corazón.
Pudiera llegar el día en que tu valor decayera, en que olvidaras todo lo que has vivido y todo lo que has aprendido. Pero hoy no es ese día. En que un conjunto de tiritas y corazones rotos fuesen testimonio de los errores cometidos. Pero hoy no es ese día. En este día lucharás. Por todo aquello que tu corazón ama o anhela. Yo te llamo a luchar.
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